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sábado, 1 de junio de 2013

El scopitone del Pereira

Un gran éxito mundial de 1979, ya casi al final de nuestra década, refleja bastante bien los cambios que entonces se estaban produciendo: "el vídeo mató a la estrella de la radio". Y es verdad que nuevas tecnologías estaban cambiando nuestra forma de vivir.

Hace unas semanas comentaba que las máquinas de bolas, los flipper, habían prácticamente desaparecido a finales de los setenta, desplazados por los juegos electrónicos (marcianitos, ping-pong) y por las tragaperras. También desaparacieron los jukebox (gramolas), que no tenían sitio en los nuevos pubs (la música formaba parte del concepto, y la ponía el propio pub) y que eran cada vez menos necesarios por la aparición de las FM musicales y por la cada vez más frecuente emisión de vídeoclips en la tele.

MTV no se crearía hasta 1981, y las parabólicas empezarían a popularizarse en la segunda mitad de los 80, pero el vídeo musical moderno, el videoclip, tiene sus orígenes en los años setenta y su primer mercado en los cada vez más frecuentes programas musicales.

Un origen, que no unos antecedentes, porque en los años sesenta habíamos conocido un fenómeno parecido sobre una tecnología que no sobrevivió al cambio de década. Se llamaba scopitone y era igual que un jukebox, pero con películas en 16 milímetros (auténticos videclips), que podían visionarse al introducir la moneda. Venían de Francia, así que imagino que en gran parte la razón de su desaparición sería el triunfo mundial de las músicas anglosajonas que se produce por aquellos años.

En Salamanca tuvimos, al menos, un local con Scopitone. Era el Pereira (creo que ése era el nombre), un bar situado en la esquina de Zamora con Concejo (desapareció en los años setenta, sustituido por una sucursal bancaria, que en aquella época empezaron a proliferar). Y recuerdo muy bien una tarde (hacia 1965) que entramos allí con mis padres y estaban poniendo el clip de "Tous les garçons et les filles", de Françoise Hardy.




En total se debieron de producir en los años sesenta varios centenares de scopitones, muchos de los cuales pueden encontrarse en youtube. Claude Lelouch, el luego famoso cineasta francés, dirigió bastantes de ellos ("Tous les garçons et les filles", por ejemplo) y, tuvo una influencia importante en la definición inicial del lenguaje del videoclip (que estaría, en cualquier caso, influido también por los musicales americanos clásicos).

Los scopitones de Lelouch pretendían interesar por sí mismos, y no ser simplemente una versión ilustrada de la canción, o una imagen en movimiento del cantante. Algo que a no todo el mundo le gustaba. En esta entrevista de 1971, por ejemplo, tenemos a la Hardy criticando las puestas en escena que Lelouch elegía para sus scopitones.



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